La Justicia investiga a Julio Moura por la muerte de Andrea Rojas Murillo. Analizan si fue un accidente o si existió una responsabilidad penal más grave.
La investigación por la muerte de Andrea Rojas Murillo, pareja del músico Julio Moura, sigue en curso y plantea diferentes escenarios judiciales que podrían determinar el futuro del guitarrista de Virus. Mientras la Justicia analiza las pruebas y testimonios, el caso plantea complejidades legales por la naturaleza de los hechos.
El episodio, ocurrido durante la madrugada del viernes en la vivienda de Moura en Villa Elisa, se mantiene bajo la hipótesis de un accidente durante una práctica sexual conocida como "asfixia erótica".
La mujer chilena de 53 años falleció en la casa de Julio Moura en Villa Elisa, en medio de una práctica sexual con asfixia. Se conocieron algunos datos de su vida.
En las ultimas horas, el fiscal que investiga la muerte de Andrea Rojas Murillo en la casa de Julio Moura recibió el resultado de la autopsia.
Uno de los escenarios que se contempla es el de "homicidio culposo", una figura penal que prevé penas de 1 a 5 años de prisión, extendiéndose a 6 años en caso de agravantes. Este tipo de homicidio implica un accionar negligente, imprudente o con impericia, pero sin intención de matar. En este marco, la falta de antecedentes de Moura podría reducir la posibilidad de una pena de cumplimiento efectivo y derivar en una condena en ejecución condicional.
Sin embargo, no se descarta la posibilidad de un "homicidio con dolo eventual", una figura más grave que prevé penas de 8 a 25 años de prisión. En este caso, la Justicia deberá determinar si Moura pudo haberse representado el riesgo de que la práctica derivara en la muerte de su pareja y, aun así, decidió continuar. De ser así, entraría en juego el agravante del vínculo.
Otra línea de investigación podría derivar en un "homicidio preterintencional", que implica la intención de lesionar sin prever el desenlace mortal. Este escenario también contempla penas similares al "homicidio culposo", pero con una diferencia clave: si se logra demostrar que la práctica sexual fue consensuada, esta hipótesis ganaría peso y alejaría la posibilidad de que el caso sea encuadrado como dolo.
La culpa con representación es un concepto determinante en esta discusión. Implica que el sujeto, consciente del peligro de su acción, confía en poder evitar un desenlace fatal. En este caso, si la Justicia considera que Moura actuó bajo esta premisa, se inclinaría más hacia el homicidio culposo o preterintencional, alejándolo del dolo eventual.
La investigación judicial, encabezada por el fiscal Gonzalo Petit Bosnic, busca establecer las circunstancias exactas del fallecimiento de Murillo. Las pericias científicas serán claves para determinar si se trató de un trágico accidente o si hubo un nivel de responsabilidad penal más grave.
Vale recordar que el informe preliminar de la autopsia indicó que la causa de muerte fue por "compresión extrínseca cervical producto de ahorcadura". Las pericias iniciales indican que algo salió mal durante la práctica, lo que llevó a la muerte de la víctima.
A medida que avance el análisis de las pruebas y se incorporen nuevos elementos, la Justicia deberá decidir cuál de estos escenarios se ajusta a la realidad de los hechos. Por ahora, Moura está en libertad y el caso sigue caratulado como "averiguación de causales de muerte".