Investigadoras de la UNLP encontraron en las inmediaciones de la ciudad de Luxor, Egipto, la entrada original de la tumba de Amenmose, un artesano y cantero egipcio que se destacó durante el denominado Reino Nuevo y que fue enterrado en Sheikh Abd el-Qurna. Del trabajo también participaron especialistas del Conicet y de las universidades nacional de Buenos Aires, Córdoba y Tucumán.
Estas tareas formaron parte de la tercera campaña en Luxor, en el marco del Proyecto Amenmose, que lleva el nombre de un noble de esa ciudad de hace 3.500 años.
"Logramos encontrar la entrada original de la tumba, que estaba cubierta por unos siete metros de sedimentos. Ahí encontramos dos jambas con inscripciones: el nombre de Amenmose y una fórmula de ofrenda, y además, una imagen de él con una mesa de ofrendas. Todo eso nos va a aportar una serie de conocimientos a los que ya teníamos de la tumba", contó a la agencia Noticias Argentinas la profesora de Historia Andrea Zingarelli, quien también coordina el Proyecto Amenmose.
En esta línea, la especialista precisó cuáles fueron los materiales faraónicos que hallaron una vez que descubrieron la entrada original de la tumba: "Textiles de lino con restos de representaciones, que eran los que portaban las momias; una oreja de madera pintada, que se conoce del Período Tardío que era para escuchar las plegarias; guirnaldas secas de flores; conos funerarios con inscripciones con los nombres de los propietarios de las tumbas; restos de cartonaje pintados, con inscripciones jeroglíficas; restos humanos momificados; y restos de fayenza pintada, con una inscripción coopta".
"También se encontraron copias de objetos faraónicos y otros objetos de los habitantes purnawi que nos sirven para datar el estrato: un sello de una familia de 1927; monedas de distintas procedencia, como una estadounidense de 1973, una británica del 71, una japonesa de 74, una griega del 76, una rusa del 98; restos de una bala; botellas de vidrio; un certificado de nacimiento de un hombre que nació en el 57", añadió.
EL PROYECTO
Todo comenzó a principios del 2019, cuando los investigadores viajaron a Egipto con el propósito de iniciar un nuevo proyecto sobre la antigua cultura faraónica. Durante su estadía, el equipo dirigido por Zingarelli permaneció en El Cairo y Luxor visitando distintos sitios arqueológicos hasta que dieron con la tumba de Amenmose, un cantero de la necrópolis de Amón que vivió durante los reinados de Hathsepsut y Tutmosis III, en torno a los años 1479-1458 AC. Su sepulcro se halla entre las numerosas capillas funerarias de altos y medianos dignatarios distribuidas de manera irregular a lo largo de las colinas occidentales de la antigua Tebas.
Al regreso del primer viaje decidieron presentar un proyecto al Ministerio de Antigüedades de Egipto para que les otorgue un permiso para poder ingresar a la tumba y así realizar todo el trabajo de campo referido a los secretos ocultos dentro de este patrimonio histórico. En abril de 2019 las autoridades de aquel país decidieron darle luz verde para que los investigadores puedan estudiar estos valiosos registros pictóricos y escritos.
“La tumba excavada en la roca está decorada con magníficas pinturas y relieves que necesitan ser conservados para que no se pierdan para siempre. Estos valiosos registros pictóricos y escritos de la historia humana de más de 3500 años de antigüedad además necesitan ser estudiados y publicados para ser conocidos en todo el mundo", había explicado Zingarelli. Y agregó: “El Ministerio de Antigüedades tiene una política de preservación de los monumentos para evitar su deterioro. En el futuro ellos difunden el turismo a partir de mostrar estas joyas que son el capital más importante que tienen”.
Mientras los investigadores conseguían los fondos, el diálogo con las autoridades de Egipto se mantuvo para tratar de agilizar todos los trámites una vez que pisen la arena de El Cairo. “Tenemos que pasar por muchas oficinas, la idea es comenzar a trabajar el 20 de enero”, le había dicho por aquel entonces a 0221.com.ar.
Al ser consultada sobre lo que espera encontrar en la tumba, Zingarelli señaló que todavía desconocen qué es lo que van a encontrar porque otras misiones ingresaron pero no dejaron registros de las observaciones que realizaron. “Tenemos expectativas de poder relevar esas pinturas. Sin embargo, no sabemos exactamente qué se conserva de ellas, porque de algunas hay registros escritos y comentados pero la realidad es que no hay imágenes. Esto lo podemos recolectar para que sea de interés académica o científico pero también para la difusión de lo que hay ahí dentro”, añadió.