Desde que inició la nueva edición de Gran Hermano, la platense Sandra Priore y la tucumana Petrona Jerez se sacan chispas. Fue justamente Sandra quien en la gala de eliminación del último domingo estuvo al borde de irse para la felicidad de Petrona. Sin embargo, el público la salvó y se generó una insólita situación.
Si bien al principio se tenían simpatía, la enemistad entre ambas -con personalidades que no pasan desapercibidas- fue creciendo a raíz de los choques constantes por el control de la cocina. En apenas tres semanas, la casa ya está dividida en bandos y el de estas mujeres es el más explosivo.
"Tiene envidia en la piel. Qué aguante que tiene el esposo, pobrecito. Imaginate para que las dos hijas se vayan a vivir con su pareja, no la deben bancar ni dos segundos”, había dicho Petrona sobre Sandra, en una de sus tantas ásperas declaraciones en las que la platense no se queda atrás.
El domingo llegó cargado de tensión y con Sandra en la placa de eliminación junto a otros siete participantes. Ulises, el líder de la semana, tuvo la posibilidad de salvarla pero su rescate fue anulado porque rompió las reglas al hablar más de la cuenta. Petrona se regocijaba en un rincón.
Santiago del Moro no dejó pasar la oportunidad y le preguntó a la tucumana sobre la posible salida de Sandra. "No quería primero, esta mañana le dije que no, que no quería que se vaya. Me dolió que estuviera en placa. Pero ahora no, ahora quiero que se vaya” dijo la filosa participante.
Pero todavía quedaba más, el público decidió a quién salvaría y allí salió el sobre con la cara de Priore. Petrona, incrédula y totalmente expuesta, se dejó caer en el sillón visiblemente afectada. Luego, se acercó a Sandra y le pidió un abrazo: "Sandra, quiero un abrazo, pero sincero", le dijo, intentando suavizar la situación. La platense, con su característico aplomo, respondió: "No, no. Me parece un montón".
Pero todavía quedaba más, el público decidió a quién salvaría y allí salió el sobre con la cara de Priores. Petrona, incrédula y totalmente expuesta, se dejó caer en el sillón visiblemente afectada.
Sandra, por su parte, se alegró, guiñó un ojo y se besó el dedo índice y lo apuntó a Petrona, al tiempo que guiñó un ojo y le dijo, exultante: "Éxitos hermosa".
Luego, la tucumana se acercó a la platense y le pidió un abrazo: "Sandra, quiero un abrazo, pero sincero", le dijo, intentando suavizar la situación. La platense, con su característico aplomo, respondió: "No, no. Me parece un montón".
“Bueno, lo dejo a tu criterio”, le contestó Petrona mientras el resto de los jugadores se acercaba a Sandra para felicitarla. La tucumana quedó aislada y reflexionando sobre su fallida estrategia.