Un alto funcionario del Vaticano confirmó este lunes a la agencia Reuters que el cónclave para elegir al nuevo líder de la Iglesia comenzará el 7 de mayo. La decisión se adoptó durante una reunión privada de cardenales realizada en el Vaticano, la primera tras el funeral del papa Francisco realizado el sábado. Se espera por el anuncio oficial.
El cónclave reunirá a unos 135 cardenales con derecho a voto, todos ellos menores de 80 años y provenientes de distintas partes del mundo. Serán los encargados de seleccionar al sucesor de Francisco, quien lideraba una comunidad de aproximadamente 1.400 millones de fieles en todo el planeta.
De los 133 que entrarán en la Capilla Sixtina, 108, un 80%, han sido elegidos por el Papa Francisco en sus 12 años de Pontificado y diez consistorios. La particularidad de los mismos es que llegan desde países como Mongolia, Irán o Papúa Nueva Guinea.
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Los cardenales permanecerán en el Vaticano, desde el 7 de mayo, hasta el día que elijan al sucesor del papa Francisco.
Los dos últimos cónclaves, realizados en 2005 y 2013, se resolvieron en apenas dos días, por lo que se especula que esta vez el proceso también podría definirse en un plazo breve.
Impresionante operativo de seguridad para el cónclave
Durante el cónclave que definirá al sucesor del papa Francisco, el Vaticano combinará rituales ancestrales con un estricto operativo de seguridad de última generación. Aunque el proceso mantiene su carácter solemne y tradicional, detrás de escena se despliega un dispositivo tecnológico diseñado para proteger la absoluta confidencialidad de las deliberaciones.
Antes del inicio del cónclave, se realizarán intensos barridos electrónicos en los espacios donde se alojarán y reunirán los cardenales. El objetivo será detectar micrófonos, cámaras ocultas y cualquier dispositivo que pueda comprometer la privacidad del proceso. Estos controles no solo aseguran la integridad de la elección, sino que buscan evitar cualquier posible filtración de información al exterior.
La seguridad estará a cargo de equipos altamente especializados, que contarán con tecnología de punta, incluyendo bloqueadores de señal para impedir cualquier tipo de comunicación no autorizada. Este cerco electrónico garantizará que el proceso se mantenga completamente aislado de cualquier intento de espionaje o interferencia externa.
El operativo también contará con la colaboración de distintas fuerzas de seguridad, entre ellas los Carabinieri italianos, la Guardia Suiza Pontificia y el Cuerpo de Gendarmería del Vaticano. Cada una de estas unidades jugará un rol clave en la protección de los cardenales y en el resguardo de la logística general, asegurando que el cónclave transcurra en un ambiente de máxima reserva y seguridad.