La crisis en el Frigorífico Gorina después del incendio se agrava y golpea con fuerza a los trabajadores. Desde que la planta sufrió el devastador siniestro, alrededor de 250 empleados fueron trasladados a un frigorífico de Bernal y ahora denuncian que les redujeron el sueldo sin previo aviso, que no les pagan las horas de viaje y que trabajan en condiciones deplorables.
Frente a los recientes reclamos realizados ante las autoridades de la empresa, temen por su estabilidad laboral. Según pudo saber 0221.com.ar, un nutrido grupo de empleados fue enviado desde La Plata hacia al frigorífico Ciaber, en Bernal, pero al llegar se encontraron con un escenario crítico.
Los trabajadores, que este jueves realizaron un corte de calle para visibilizar el reclamo, denuncian que la planta no tiene infraestructura para tanta cantidad de trabajadores y desde el primer día carecen de agua. Además, sus jornadas laborales se extienden hasta 16 horas diarias fuera de sus casas, aunque solo les pagan seis horas por día.
El problema estalló cuando, al cobrar sus sueldos semanales, los empleados notaron recortes significativos. Desde la empresa les dijeron que en Ciaber los salarios son más bajos y por eso se les aplicó una reducción. También dejaron de pagarles el presentismo y los bonos por horas nocturnas que antes percibían en Gorina.
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El incendio destruyó las instalaciones del Frigorífico Gorina y parte de los trabajadores fueron reubicados
Foto: Ignacio Amiconi - AGLP
Ante esta situación, los trabajadores decidieron paralizar la producción y bloquear los micros que los trasladan a la planta en Bernal. La respuesta empresarial no tardó en llegar: este jueves, solo citaron a 43 empleados de los 250 para continuar trabajando, dejando al resto en una total incertidumbre sobre su futuro laboral.
Escala la tensión entre el Frigorífico Gorina y los trabajadores
Además, denunciaron que están siendo obligados a trabajar bajo amenazas. Les advirtieron que si no ingresaban, serían despedidos. A esto se suma que muchos de ellos fueron notificados de un nuevo traslado: a partir del lunes, deberán empezar a trabajar en el frigorífico Guaicos, pasando Avellaneda, lo que implica un nuevo cambio sin garantías de estabilidad.
El malestar creció aún más este jueves, cuando los empleados contratados se manifestaron en 505 y 155 con una protesta que incluyó la quema de gomas. Esta acción surgió luego de que la empresa les comunicara que no debían volver a presentarse a trabajar, sin aclarar si serán despedidos o reubicados.
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Los trabajadores denuncian que, desde el incendio, la situación laboral es cada vez más precaria y temen correr la misma suerte que los trabajadores tercerizados que ya fueron despedidos. Aseguran que están en la calle más de 95 horas semanales, pero solo se les pagan 40. Sin agua en plena ola de calor y con sueldos recortados, exigen que se les respete el salario y se les garantice un lugar fijo de trabajo sin traslados constantes.
Por el momento, la incertidumbre es total. Con más de 200 trabajadores afectados y en medio de un conflicto que sigue escalando, el futuro laboral de muchos de ellos pende de un hilo.