La Casa Curutchet quedará en manos del Colegio de Arquitectos, que pagará alrededor de 2 millones de dólares para garantizar su preservación y uso cultural.
En una reciente asamblea extraordinaria, el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires (CAPBA) aprobó por mayoría la compra de la emblemática Casa Curutchet de La Plata, única obra de Le Corbusier en América Latina y Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Con más de 50 arquitectos presentes, se acordó avanzar en las negociaciones y cubrir una parte del costo de U$S2.000.000 con un crédito de U$S1.200.000 de la CAAITBA, la Caja de Previsión del sector, y el resto con fondos propios del CAPBA, estimados en U$S850.000.
Desde Edelap anunciaron que este domingo harán tareas de mantenimiento y podría haber cortes en varias zonas de La Plata durante buena parte del día.
La iniciativa, propuesta por el Consejo Superior del Colegio de Arquitectos, surgió del deseo de preservar este ícono arquitectónico y fortalecer su accesibilidad cultural. En el sitio turístico ubicado en avenida 53 entre 1 y 2 se realizan innumerables actividades que incluyen exposiciones, recitales, espectáculos y proyecciones.
La relación entre el CAPBA y la Casa Curutchet comenzó en los años '80, cuando el Colegio la adoptó como sede administrativa y espacio cultural. Desde entonces, impulsó su conservación, apoyando su inclusión en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2016. La compra consolidará el compromiso del CAPBA con el legado arquitectónico de Le Corbusier y fortalecerá su influencia en la preservación del patrimonio cultural en la región.
Diseñada por Le Corbusier para el cirujano Pedro Domingo Curutchet, debe su fama mundial a que es la única construida en América del Sur según los planos del arquitecto, que conocía Argentina y La Plata de su viaje realizado en 1929, pero nunca viajó a nuestro país durante el transcurso de la obra.
Fue la única casa que el arquitecto tuvo la satisfacción de saber que fue edificada en Latinoamérica, dado que en otras de las obras que comúnmente se le atribuyen, el arquitecto solo trabajó en los bocetos. La Casa Curutchet destaca porque en ella se ven plenamente logrados los principios característicos de la arquitectura que proponía Le Corbusier: planta libre, terraza jardín, aventanamientos horizontales y fachada libre.
A su vez, se incorporó un proyecto de creación de un Museo del Sitio, que involucra la realización de exposiciones, la organización de visitas, el desarrollo de merchandising, memorabilia y publicaciones, así como talleres y seminarios, y alquiler para eventos privados.
"Nuestra misión es crear un centro vivo de innovación dedicado a la protección del patrimonio moderno, donde la arquitectura, la cultura y el conocimiento se encuentren para generar nuevas ideas y perspectivas", expresaron desde el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires.
Y completaron: "Queremos hacer de la Casa Curutchet un espacio que inspire el pensamiento crítico, fomente el diálogo sobre las preocupaciones actuales y produzca discursos propios que resuenen a nivel local e internacional. A través de la integración de tecnología y participación activa, buscamos involucrar a las personas en experiencias arquitectónicas únicas, ampliando los horizontes de colaboración y creación conjunta con otros centros de prestigio".