El Tribunal Oral en lo Criminal IV de La Plata condenó a Claudio Fabián Coolen a 14 años de prisión tras hallarlo culpable de "privación ilegal de la libertad doblemente calificada, abuso sexual con acceso carnal y lesiones leves doblemente calificadas". La sentencia fue dictada por la jueza Carolina Crispiani y acompañada por Emir Alfredo Caputo Tártara y Andrés Vitali.
El fallo destacó la violencia de género como factor central en el análisis del caso, subrayando la ausencia de consentimiento en el marco de una relación abusiva y el impacto que estas conductas tienen en las víctimas vulnerables. Además, el veredicto fue redactado en lenguaje claro para su mejor comprensión social.
El caso se remonta a los hechos ocurridos entre el 29 de julio y el 2 de agosto de 2021 en La Plata, cuando Coolen secuestró a su sobrina, (C.C.), con quien mantuvo una relación de pareja durante ocho años sin que ella supiera en un primer momento el vínculo familiar que los unía. Durante ese tiempo, según se probó en juicio, la sometió a violencia física, psicológica, sexual y económica, controlándola y aislándola de su entorno.
El 2 de agosto de 2021, C.C. logró pedir ayuda cuando Coolen olvidó su teléfono celular en su casa. Sus hermanas acudieron con la Policía, logrando rescatarla junto a su hija menor de edad. La aprehensión del acusado se produjo en el lugar de los hechos.
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Carolina Crispiani, jueza del Tribunal Oral Criminal IV de La Plata.
La violencia de género como agravante
La relación entre Coolen y C.C. estuvo marcada por un patrón de violencia creciente. Según el informe victimológico presentado en juicio, la víctima vivió una situación de sumisión y dependencia económica que la mantuvo bajo el control del agresor.
La jueza Crispiani destacó que la declaración de la víctima fue clave para la condena, ya que fue respaldada por pericias psicológicas y testimonios de familiares y efectivos policiales que intervinieron en el rescate. "El testimonio de la víctima, debidamente corroborado, tiene fuerza probatoria suficiente para enervar la presunción de inocencia del acusado", sostuvo el tribunal.
El fallo también subrayó la importancia de considerar la perspectiva de género en estos casos, alineándose con los estándares internacionales en la materia. "La violencia contra la mujer no solo vulnera sus derechos humanos, sino que perpetúa relaciones de poder desiguales que deben ser desarticuladas", señalaron los jueces.
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Las pericias y pruebas que llevaron a la condena
Durante el juicio se presentaron diversas pruebas periciales que corroboraron el relato de la víctima. Un reconocimiento médico legal constató lesiones en sus manos, compatibles con heridas de defensa al intentar protegerse de un ataque con cuchillo.
El informe psicológico reveló que Coolen presentaba rasgos de personalidad inmadura, tendencia a la agresividad y dificultades en la inhibición de impulsos, lo que lo hacía proclive a conductas violentas.
Por su parte, la pericia psicológica de C.C. evidenció indicadores de angustia, negación de conflictos y un vínculo de pareja marcado por la sumisión. Además, se señaló que su retractación inicial ante la denuncia pudo haber sido consecuencia del "círculo de la violencia", que incluye fases de tensión, explosiones violentas y reconciliación, un fenómeno común en estos casos.
Lenguaje claro y mirada de género
Una de las particularidades de esta sentencia es su redacción en lenguaje claro, lo que permite que el fallo pueda ser entendido por la sociedad en general. La jueza Crispiani explicó que este tipo de delitos suelen estar rodeados de mitos y prejuicios, por lo que es fundamental brindar explicaciones accesibles.
La sentencia también resaltó la falta de comprensión social sobre conceptos como el consentimiento en contextos de violencia de género. "El consentimiento de la víctima no puede inferirse de la ausencia de un 'no' explícito, especialmente cuando la relación está marcada por el miedo y la coacción", afirmó el tribunal.
El fallo además hizo referencia a la Convención de Belém do Pará y a la legislación argentina en materia de protección a las mujeres, reafirmando la necesidad de juzgar con perspectiva de género para evitar situaciones de impunidad.
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Un fallo que marca precedente
La condena a Coolen a 14 años de prisión no solo representa una respuesta judicial contundente ante un caso de violencia extrema, sino que también sienta un precedente en la aplicación de lenguaje claro y perspectiva de género en los fallos judiciales.
Con esta resolución, la Justicia de La Plata envió un mensaje claro: la violencia de género no será tolerada y las víctimas contarán con herramientas para denunciar y obtener justicia.
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